Sunday, June 2, 2013

FEB II: Viena

Palacio Belvedere

En la capital austríaca tuvimos más suerte con el couchsurfing, y nos alojamos en casa de un chaval que en el salón tiene una hamaca y un columpio colgados del techo, y un sofá-cama en el que caben cuatro personas, cinco si se apretujan. En el recibidor tiene una rama de árbol con un claxon antiguo encajado. Una vivienda curiosa, yes.

Chillin' Guripas

Nos llevó de paseo por el ayuntamiento, que es mi edificio favorito de los que vi en esta ciudad, la zona de los palacios donde están la biblioteca antigua, la Escuela Española de Equitación (como lo oyes), el museo de Sissí Emperatriz y todas esas cosas,
El ayuntamiento
varias iglesias... En cuanto a museos, fuimos también a dos: al del ejército, que es una chulada y ya lo comentó Enzo (more on this later), ahorrándome el trabajo; y al de los archivos de la Resistencia, o algo así, sobre la resistencia antifascista de los años 30 y 40. Este último, como museo, es una mierda porque tiene cuatro objetos mal contados y el resto son todo fotos, en su mayoría pequeñajas, y una exageradísima cantidad de texto, de tamaño microscópico. Por suerte tuvimos un guía que durante hora y pico nos explicó todo sobre el nazismo: cómo apareció en Austria, cómo se llevó a cabo la anexión a Alemania y las consecuencias de todo ello. Lo de la anexión fue un cachondeo. Hubo un referéndum en el que las papeletas tenían un SÍ gigantesco y un no pequeñito y apartado a un lado. El resultado fue más de un 99% de votos a favor. Sin embargo, hay que decir que, por mucho que eso suene a (y en efecto haya sido) pucherazo descarado, sí es cierto que mucha gente estaba a favor, y cuando se celebró la anexión, la plaza estaba llena hasta la bandera. También es muy llamativo ver una página de un libro de matemáticas con un problema bastante peculiar. El régimen nazi, como sabréis, eliminaba por sistema a todos los enfermos terminales, retrasados
Ja oder ja?
mentales, discapacitados, etcétera; y el problema decía algo en plan: “Si un enfermo cuesta al Estado 50.000 marcos al mes y hay este número de enfermos en este otro número de hospitales, ¿cuánto se ahorraría la nación…?” etcétera etcétera. Curiosamente, mucha gente estaba en contra de esta aniquilación por considerarla inhumana, y el gobierno recibió tantas cartas de protesta que tuvieron que cambiar su política y... empezar a hacerlo en secreto. Aunque esto plantea otra pregunta: ¿cómo es que sólo hubo protestas contra eso en concreto?

El martes día 5 dejamos atrás Viena. Se suponía que los moañeses vendrían a pasar un día a Bratislava, pero les surgió una cosa burocrática y tuvieron que ir de vuelta a Cracovia. O sea, que este capítulo se acaba aquí.

3 comments:

  1. Pues sí...curioso piso....me gusta....al igual que el Ayuntamiento....Merci.

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  2. Recuerdo el Ayuntamiento de la vez que estuve con mis padres, no de la de hace unos meses. Y me había encantado, concuerdo contigo. En general Viena es preciosa, aunque nada humilde: un palacio en cada esquina...

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  3. Algún día tendré una chillin' hamaca en mi salón :)

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