Cuando estaba viviendo en Bratislava, un día les conté a dos amigas británicas que en la ciudad de York se celebra todos los años un festival vikingo; en inglés, a Viking festival. Les dije que estaba muy guay, porque la gente va disfrazada, hay recreaciones de batallas medievales, queman un barco, etcétera; se miraron la una a la otra con extrañeza y me preguntaron qué tenía que ver eso con un festival de bicicletas o de motos. La culpa fue mía: queriendo decir Viking festival, había pronunciado biking festival.
¿Pero no es lo mismo?, preguntaréis algunos. El inglés, como el francés, el portugués, el húngaro, el checo y tantas otras lenguas, hace diferencia entre b y v: para pronunciar la [b] se cierran los labios completamente, mientras que para pronunciar la [v] se juntan el labio inferior y los dientes de arriba. A nosotros, los hispanohablantes, nos trae al pairo y pronunciamos una y otra como nos resulta más cómodo en cada momento: cerrando los labios (fonema [b]) al principio de frase y después de determinadas consonantes, o juntándolos sin llegar a cerrarlos (fonema [β]) cuando va entre vocales; pero es, como digo, cuestión de comodidad, sin importar que sea baca o vaca. Para mis amigas inglesas, sin embargo, hay tanta diferencia como entre otras dos letras cualesquiera, y mi pronunciación descuidada las dejó confusas, con razón.
En diciembre del año pasado vino a visitarme mi amigo Bogdan, de San Petersburgo —no confundir con Bohdan el eslovaco—, y pasó una semana en mi casa. Es traductor e intérprete, y aunque no sabe castellano, tiene bastante curiosidad por los idiomas y sus expresiones, pronunciación, matices y todo eso (ves las tablas que hizo para intentar entender la diferencia entre ser y estar y flipas). Por esa razón, cuando andaba por la calle iba leyendo carteles y preguntándome significados de cosas. En una de esas, estábamos en el Corte Inglés, y junto al ascensor vio que ponía: «planta baja». Me preguntó qué era eso, así que le expliqué que se refería al piso de abajo, y que acaba en a porque es el femenino, pues bajo y baja son masculino y femenino, respectivamente. La última frase de mi explicación fue:
—Bajo, baja. Masculine, feminine.
Y se quedó entre confuso y sorprendido al enterarse de que la marca de género estaba en la primera letra, y no en la última; en la consonante inicial, y no en la vocal final.
***
Si no sabes nada de ruso, seguro que tú también te acabas de quedar «entre confuso y sorprendido». ¿Qué pasó ahí? Pasó que se mezclaron dos cosas. Por un lado, el ruso, su lengua materna, hace diferencia entre б y в, que son exacatmente lo mismo que la b y la v de las que hablábamos antes. Si una persona que sí distingue entre b y v, como mi amigo Bogdan, oye los fonemas [b] y [β] casi seguidos, los distinguirá claramente y además, dado que el [b] es exactamente igual, asociará el otro a lo que él considerará la «versión española» de [v].
Pero la diferencia entre b y v es sólo la mitad del problema. La otra mitad es exactamente el caso contrario, pero con las vocales a y o: si están en posición átona (es decir, sin acentuar), un ruso medio no las va a distinguir. Captará perfectamente la diferencia entre hola y hala, por ejemplo, porque la vocal que varía es la tónica (en rojo), pero no entre halo y hala, porque la tónica es la misma y en la otra no se fija. Pongamos algunos ejemplos. En ruso, la palabra хорошо, que significa «bien» y convertida a nuestro alfabeto sería joroshó, como es aguda se pronuncia jarashó; sin embargo, sus derivadas хороший, хорошая (joroshi, joroshaia; bueno, buena), a pesar de que la raíz хорош- es la misma, el acento se desplaza a la segunda sílaba y la pronunciación varía: jaróshi, jaróshaia. Фото (foto) se pronuncia fota. Социология (sotsiológuia; sociología) se pronuncia satsialóguia. Y así sucesivamente.
Recuerdo que, durante uno de nuestros paseos post-Corte Inglés, pasamos por delante de una tienda de cocinas con su correspondiente letrero, y Bogdan leyó cacinas. Le corregí y exclamó: «¡¿Pero cómo notas la diferencia?!». ¡De la misma manera que tú notarías la diferencia entre biking y viking, mi fonético amigo!
Si te interesa lo de la be y la uve, te recomiendo un magnífico artículo de Delcastellano titulado El jaleo de la 'b' y la 'v' en español.
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